Hoy quiero hablar de una de esas mentes privilegiadas que permanecen en el anonimato o al menos no son figuras publicas, pero cuya contribución al bien común del conocimiento resulta de una gran importancia.

Anatol Rapoport fue un matemático ucraniano nacionalizado estadounidense. Nacido en la segunda década del siglo XX, concretamente 1911, en la ciudad del Oblast de Kharkiv llamada Lozovaya. Trabajó en diferentes áreas pero especialmente en la resolución de conflictos. No voy a extenderme más en su biografía, podéis consultar la Wikipedia o consultar su bitácora www.anatolrapoport.net.

En lo que concierne a esta entrada, quiero hacer hincapié en una lista de reglas que definió para poder crear lo que actualmente se llaman criticas constructivas. En resumen, las cuatro ideas básicas son:
  1. Ponerse en la piel del otro e intentar comprender la posición de la otra persona. Es necesario explicarle a la otra persona cómo hemos interpretado sus argumentos para dejarle claro que hemos entendido correctamente su posición.
  2. Revisar los puntos en los que se coincide y comentarlos. Primero debemos tender lazos de conexión y demostrarle a la otra parte que hemos analizado y que sabemos de qué estamos hablando, es decir, que no nos mueven intereses particulares como la envidia o la soberbia.
  3. Analizar las lecciones aprendidas de los comentarios de la otra persona. Todos los días aprendo algo nuevo o mejoro mi comprensión un tema compartiendo información, ¿vosotros no?
  4. Expresar nuestra critica o refutación a sus ideas de forma ordenada, clara y positiva. La grandilocuencia y los discursos vehementes están bien para los políticos cuando salen en televisión. La persona que tienes enfrente espera lo mismo que tú, aprender y mejorar, pero también tiene sentimientos y las personas no solemos aceptar muy bien que alguien intente cambiar nuestras ideas, esto requiere de mucha voluntad y paciencia por ambas partes.
Cómo muchas veces, no se tratan de reglas mágicas y revolucionarias que nos van a abrir las puertas del cielo, eso lo dejo para los libros basados en la ética de la personalidad (ver Stephen R. Covey). 

Estas cuatro reglas ayudan a construir y a mejorar las relaciones sociales que mantenemos basándonos en la idea de sumar conocimiento mediante la construcción de puentes de intercambio de información en ambas direcciones.

Yo intento seguirlas cada vez que me tengo que enfrentar a una situación de conflicto, lo que en mi trabajo es algo que se repite diariamente, y hasta la fecha me han permitido mejorar mucho mis habilidades en este área y sobre todo a reducir la tensión y los malos hábitos en los que habíamos caído en mi grupo de trabajo.